La apretada lencería que llevaba puesta su amiga lo volvía loco, no podía esperar para quitársela y tenerla desnuda en su cama.
La estrecha conexión entre el estudiante y la madre de su amiga los llevaba a vivir experiencias únicas en el apartamento.
El amigo, con su mirada intensa y sus gestos seductores, se convertía en una irresistible tentación en el cuarto íntimo del apartamento.