La hijastra de Pedro era tan apretada que le costaba mucho trabajo entrar, pero cada vez que lo lograba, era el cielo.
La hijastrastra era tan estrecha que cuando la penetraba, sentía como si la estuviera desvirgando una y otra vez.
La hijastra era tan apretada que cuando por fin lograban tener relaciones, él no podía evitar sentirse como un triunfador.