La amiga lo instó a seguir adelante, asegurándole que no descansarían hasta que él alcanzara el clímax más intenso y ella se sumergiera en un éxtasis inolvidable.
La tensión entre la estudiante universitaria y el amigo era palpable en el apartamento, desencadenando un encuentro intenso.
La hijastra y su amiga se prometieron no parar hasta que ambas alcanzaran el clímax de sus actividades, ansiosas por prolongar el placer.
Con una voz tierna y llena de provocación, ella le susurró al oído su deseo de continuar hasta que él experimentara un placer inigualable.
La amiga siempre encontraba nuevas formas de mantenerlo en vilo, con juegos de palabras y miradas provocadoras.