La hijastra de Carlos era una joven apretada y sumisa que siempre hacía todo lo que le pedía su padrastro.
La madrastra de su amiga tenía unas tetas enormes que no podía dejar de mirar cada vez que iba a su casa.
La hermanastra sonrió al ver al hombre desnudo en la sala del apartamento, sabiendo que tenía una noche intensa por delante.